Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
(Deuteronomio 31:6)
Dios desea estar contigo en cada momento de tu vida, sean tiempos alegres o sean tristes. Durante los días buenos, Dios nos da ánimo y esperanza. En los días malos, él nos trae seguridad y fuerzas para que podamos superar la tristeza.
Dios nunca nos abandonará. En realidad, la sensación de desamparo surge cuando nos alejamos de Dios, ocurre como consecuencia del pecado. Ahora bien, hay una forma para volver a acercarnos a Dios. A través de Jesucristo tenemos la oportunidad de aproximarnos al Padre. Solo Jesús nos limpia del pecado y nos regresa a los brazos del Padre.
No lo dejes para después. ¡Arrepiéntete de tus pecados y regresa a la cobertura del amor de Dios!
¡Regresa a los brazos del Señor!
- Arrepentirse no es señal de debilidad, más bien es una muestra de valor y humildad.
- No aguardes las consecuencias de tu error. ¡La mejor hora para arrepentirte es ahora!
- Dios está con nosotros, sea tiempo de júbilo o de tribulación. Él no te ha abandonado.
Para orar:
Señor, me siento solo, pero la realidad es que yo me he alejado de ti. Hoy quiero regresar a tus brazos. Perdóname, límpiame con tu perdón. Cúbreme con tu amor, Padre amado. En el nombre de Jesús, amén.
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